Idea para un 24 de Marzo...

El recuerdo estéril no tiene sentido. La palabra fingida solo puede herir. Las injusticias del pasado no ajusticiadas consumen al presente.

Los fusiles que sonaron y las bocas que callaron.
La herida abierta llena de gusanos.
El llanto con sangre.

No, no queremos otro 24 de marzo donde se actué la obra infame orquestada por los medios masivos y los políticos de turno de lagrimas de compromiso, angustia de un día, sufrimiento obligatorio e indignación pasajera. No, nada de eso. Nada de pedidos de justicia a una justicia que no existe. Nada de gritos ante unos oídos sordos.

Tonto del ciego que no quiera ver que este país sigue bajo una dictadura. Ninguno de los desaparecidos querría que se los recuerde por su muerte. Ellos no son solamente cadáveres, son idea y acción que callaron y justamente el tema está ahí, en lo que decían y fríamente silenciaron: la opresión capitalista, el hambre, la falta de educación, las falsas democracias, el cambio, el cambio, el cambio carajo. Y nada cambió, todo contra lo que lucharon sigue ahí de pie reluciendo su color oro muerte, más agravado, más cínico, más institucionalizado.

Queremos un 24 de marzo feliz, lleno de esperanzas, de ilusiones, de risas. No, nada de recordar muertos. Hay que recordar ideas y retomar luchas, aprender de los errores del pasado y refregarles por la cara a los medios, a los corruptos, a la escoria que hay cosas que no se pueden desaparecer: 30 mil pensamientos son una cosa difícil de aniquilar.